En la entrada a la bodega de Alto Molino, hay una histórica estructura que data del año 1665. Esta fue construida por un sacerdote Jesuita para aprovechar la energía del agua fluyendo, para mover dos grandes piedras y así moler granos para transformarlos en harina. Un testimonio de la búsqueda por la innovación para crear productos que hagan nuestras vidas más productivas. A 1.800 metros nuestros viñedos producen uvas que resultan en vinos de una calidad distintiva.